Hope you are doing well and staying safe. Welcome back to our brief thoughts on ESG. This week, I want to share some insights into what are the limitations and criticisms of ESG investing and ratings?
First, are ESG branded investors truly committed to ESG?
Not always, but the brand does seem to provide benefits.
A recent paper from Soohun Kim and Aaron Yoon showed that in the US funds (only active funds were analyzed) which became signatories of the UN’s PRI saw more than a 4% increase in flows into the fund per quarter (looking at six quarters before/after signing) regardless of the fund-level ESG score before they became signatories. However, the same study found that after signing, there are no improvements in the portfolio’s ESG scores and signatories become less likely to vote on environmental issues (looking at proxy materials). This means the behavior of the signatories analyzed in this paper was not positively influenced from committing to these investment principles, while they did enjoy financial benefits from signing.
Second, are ESG ratings precise?
Not really. And they aren’t homogeneous either (so rating interpretation is very important for investors who want to integrate ESG factors into their investment process).
A few days ago, the Financial Times reported the SEC’s Chairman warned against integrating separate ESG metrics into a single ESG rating.
“I have not seen circumstances where combining an analysis of E, S and G together, across a broad range of companies, for example with a ‘rating’ or ‘score’, particularly a single rating or score, would facilitate meaningful investment analysis that was not significantly over-inclusive and imprecise.”
We have discussed in the past how the ESG universe is pretty vast, ESG rating agencies all have different biases (some towards E issues, some towards S issues, some towards G issues), and therefore ratings are not necessarily transparent if you don’t fully understand what is behind them. A company can have a high rating with one agency (say Sustainalytics) and a low rating with another agency (say MSCI). It therefore is very relevant that whoever becomes a user of the ratings data is aware of the underlying data, and how it is weighted, and how that aligns to its investment objectives.
Third, KPIs are still not consistent
To make this even more complex, companies are just now starting to get used to reporting sustainability key performance indicators. Some are more advanced in this process than others, but as this topic evolves, companies have had to adjust and come up with ways to source new data. This means that even if the ratings were all homogeneous and the rating users knew perfectly well what is behind those ratings, if data is faulty the output will be faulty too.
In mid-May the SEC’s Investor Advisory Committee’s recommended that the SEC establishes ESG disclosure requirements more broadly. The idea behind this is that as disclosure is normalized, data will become more standardized, and ratings will also become more consistent.
In a nutshell, ESG data and ESG ratings are not perfect. Investors who claim to follow responsible investing principles may not always be as committed to ESG as they should. But we believe this isn’t entirely surprising given ESG is just now coming of age globally. Over the next few years, as focus on ESG grows (and we think it will), companies will be pressured into providing more and better data, rating providers will be pressured into fine tuning its methodologies (or at least making them more transparent), and investors will be pressured into putting their money where their mouth is. Greenwashing will probably always exist, but backlash from doing it is likely to increase.
I hope you found this useful. As usual, if there is anything we can help you with, please reach out.
Best,
Marimar
Partner, Miranda ESG
This week’s recommended reading
Contacts in Miranda Partners
Damian Fraser
Miranda Partners
damian.fraser@miranda-partners.com
Marimar Torreblanca
Miranda ESG
marimar.torreblanca@miranda-partners.com
Bienvenido de nuevo a nuestros emails sobre ESG. Esta semana quiero compartir algunas ideas sobre cuáles son las limitaciones y criticismos de las inversiones y ratings ESG.
Primero, ¿los inversionistas ESG realmente están comprometidos con ESG?
No siempre, pero el segmento sin duda tiene beneficios.
Un estudio reciente de Soohun Kim y Aaron Yoon demuestra que los fondos en EU (únicamente viendo fondos activos) que se volvieron signatarios de los PRI de las Naciones Unidas vieron un incremento de más de 4% en sus flujos trimestrales (analizando 6 meses antes de firmar y 6 meses después de firmar) sin importar la calificación ESG a nivel fondo que se tuviera antes de firmar. El mismo estudio encontró que después de firmar, no existieron mejoras significativas en las calificaciones ESG de los portafolios y que los signatarios incluso se volvieron menos propensos a votar en temas ambientales (viendo los materiales de proxy disponibles). Esto básicamente significa que el comportamiento de los signatarios analizados no fue influenciado positivamente al comprometerse con estos principios de inversión responsable, pero que si tuvieron beneficios financieros de volverse signatarios.
Segundo, ¿los ratings de ESG son precisos?
No realmente. Y tampoco son homogéneos (entonces la interpretación del rating es muy importante para cualquier inversionista que quiera integrar los factores ESG en su proceso de inversión).
Hace unos días el Financial Times reportó que el Chairman de la SEC advirtió en contra de integrar distintas métricas de factores ESG en una sola calificación ESG.
“I have not seen circumstances where combining an analysis of E, S and G together, across a broad range of companies, for example with a ‘rating’ or ‘score’, particularly a single rating or score, would facilitate meaningful investment analysis that was not significantly over-inclusive and imprecise.”
Hemos discutido en el pasado como el universo ESG es muy vasto, y las calificadoras de ESG tienen diferentes sesgos (algunas más inclinadas a asuntos ambientales, otras sociales, otras de gobierno corporativo, etc.). Por ello, las calificaciones no necesariamente son transparentes si no se entiende bien a fondo lo que hay detrás de ellas. Una empresa pudiera tener una calificación muy alta con una calificadora (digamos Sustainalytics) y muy baja con otra calificadora (digamos MSCI). Es por ello muy relevante que quien sea que se vuelve un usuario de estas calificaciones entienda los datos subyacentes de la calificación, así como la metodología para mezclarlos, y cómo se alínea esto a sus objetivos de inversión.
Tercero, los KPIs no son consistentes
Para hacer esto todavía más complejo, las empresas apenas se están acostumbrando a reportar indicadores clave de sostenibilidad. Algunas empresas están más avanzadas en este proceso que otras, pero como ESG es un tema que constantemente evoluciona, todas las empresas han tenido que ir ajustando sus procesos y generando nuevos protocolos de gestión de información para los distintos factores que saltan.
Esto significa que incluso si las calificaciones fueran todas homogéneas y los usuarios de las calificaciones entendieran perfectamente bien todas las metodologías, si los datos subyacentes no son consistentes, entonces el resultado de la calificación será poco consistente también.
A mediados de Mayo el Comité de Asesoría a Inversionistas de la SEC recomendó que la SEC establezca requerimientos de divulgar temas ESG de manera más amplia. La idea de fondo es que conforme más empresas divulguen datos, y los datos se normalicen, la información se volverá más estandarizada y las calificaciones por ellos se volverán más consistentes.
En suma, los datos ESG y las calificaciones ESG no son perfectas, ni pretenden serlo. Los inversionistas que dicen seguir principios de inversión responsable pueden no siempre están tan comprometidos con la sostenibilidad como deberían. Pero creemos que esto no es enteramente sorprendente dado que el mundo ESG apenas esta madurando a nivel global. En los siguientes años, mientras el enfoque en ESG crezca (y creemos que eso pasará), las empresas serán presionadas a dar más y mejor datos, las calificadoras serán presionadas a mejorar sus metodologías y ser más transparentes, y los inversionistas serán presionados a “put your money where your mouth is.” Las estrategias de greenwashing posiblemente nunca dejen de existir, pero las represalias por hacerlo posiblemente incrementarán.
Espero esta información haya sido de tu interés. Como siempre, si hay algo en lo que pudiéramos ayudar, o si hay un tema de ESG del cual quisieras saber más, por favor háznoslo saber para considerarlo en versiones futuras.
Saludos,
Marimar
Partner, Miranda ESG
La lectura recomendada de la semana
Contacts in Miranda Partners
Damian Fraser
Miranda Partners
damian.fraser@miranda-partners.com
Marimar Torreblanca
Miranda ESG
marimar.torreblanca@miranda-partners.com