This week I want to talk about carbon offsets. What are they? Are they good? Are they enough?
What are carbon offsets?
Broadly speaking, carbon offsets are a way to take responsibility of your GHG emissions. Ideally, organizations should focus first on reducing emissions, but those emissions that cannot be reduced (given the nature of the business) can be “offset” by paying some other organization for a share of their carbon reduction efforts.
The market for carbon offsets has two categories:
- Compliance offsets are used to meet legal requirements, such as the maximum amount of carbon emissions permitted. An example is the European Union’s Emissions Trading System.
- Voluntary offsets are carbon offsets that individuals or companies choose to buy themselves.
What options are there out there for carbon offsets?
There are many reliable options for carbon offsets. As an example, the Clean Development Mechanism (CDM), a United Nations-run carbon offset market, was set up under the Kyoto Protocol in 1997 to allow projects in developing countries to earn certified emission reduction credits which can be sold to companies looking to offset some of their carbon footprint. On its website it states that more than 7,800 projects have registered to provide carbon offsets, and over 2 billion certified emission reduction credits have been issued so far (equivalent to 2 billion CO2 tons). The price of these credits varies from deal to deal (these are always bilateral agreements) depending on the characteristics of the carbon reduction project, as well as how well-known the project is.
Most carbon offset companies, and non-profit organizations, acknowledge four main categories of types of projects: renewable energy projects (building wind farms, for example), energy-efficiency improvements, destruction of greenhouse gases (such as halocarbons), and carbon sequestration in soils or forests (tree planting, for example). To provide context, 1 ton of CO2 is equivalent to the carbon captured by 1 acre of a forest in a year.
What is the downside?
The main issue with carbon offsetting is that it creates the incentives for companies to keep polluting the environment without truly questioning if there is a better way to move forward, as long as they are compensating for it in some way (and saving face with their stakeholders this way). Thus, companies could continue to emit large amounts of GHGs into the atmosphere as long as they can say these emissions are reduced by carbon offsetting.
Furthermore, there is the issue that not all carbon offsetting projects are transparent enough, or there is even the possibility that some of these projects may fail to reach their goals in the future (when you are investing in things that are not already absorbing the CO2). There have also been instances where some of the projects actually have had negative externalities in neighboring communities (see an example here), and therefore organizations like Gold Standard are used by organizations to reach a given level of comfort that the projects they invest on actually deliver the benefits they say they will.
The carbon offsets market is unregulated, so there is still room for less-than-ideal situations in these marketplaces which in the end may lead to good intentions not having the desired impact (and that is why sticking to well-known markets when doing this (such as the UN’s CDM) is key.
What is going on in Mexico?
The Mexican government has been working for a few years now in a pilot program for a carbon offsets marketplace called the Emissions Trading System (SCE). The idea is that by 2023 the pilot program will be over, and the marketplace will be fully functional. There is also an independent carbon trading platform called MEXICO2 which has both a voluntary emissions trading system.
Additionally, there have been already many projects hosted in Mexico which have certified emission reduction credits (some of them still working today). A simple search on the CDM’s website throws 204 registered projects hosted in Mexico (some of them are probably already expired).
As for companies, Aeromexico has an agreement with MEXICO2 to purchase carbon credits (it actually offers its passengers the possibility to pay for the offsets themselves). Volaris does something similar with Carbon Neutral Planet. Cemex is another company with a strategy that includes buying offsets. It is likely that as more companies in Mexico commit to GHG targets (few of them have targets today), we will see much more demand for offsets in the country.
I hope you found this interesting. As usual, if there is anything we can help you with, please reach out.
Best,
Marimar
CEO, Miranda ESG
Contacts at Miranda Partners
Damian Fraser
Miranda Partners
damian.fraser@miranda-partners.com
Marimar Torreblanca
Miranda ESG
marimar.torreblanca@miranda-partners.com
Esta semana quiero hablar de los offsets de carbono. ¿Qué son? ¿Son buenos? ¿Son suficientes?
¿Qué son los offsets de carbono?
En términos generales, los offsets de carbono son una forma de responsabilizarse de las emisiones GEI. Lo ideal es que las organizaciones se centren primero en reducir sus emisiones, pero aquellas que no puedan reducirse (dada la naturaleza del negocio) pueden “compensarse” pagando a alguna otra organización por una parte de sus esfuerzos de reducción de carbono.
El mercado de los offsets de carbono tiene dos categorías:
- Los offsets de cumplimiento que como su nombre lo indica se usan para cumplir requisitos legales, como la cantidad máxima de emisiones de carbono permitida. Un ejemplo es el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea.
- Los offsets voluntarios que los individuos o empresas deciden comprar por sí mismos.
¿Qué opciones existen para compensar emisiones de carbono?
Hay muchas opciones fiables para compensar emisiones de carbono. Por ejemplo, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), un mercado de offsets gestionado por Naciones Unidas. Este mercado se creó en el marco del Protocolo de Kioto en 1997 para permitir que los proyectos de los países en desarrollo obtuvieran créditos certificados de reducción de emisiones que pudieran venderse a empresas que quisieran compensar parte de su huella de carbono. En su página web se indica que se han registrado más de 7,800 proyectos para ofrecer compensaciones de carbono, y hasta ahora se han emitido más de 2,000 millones de créditos certificados de reducción de emisiones (equivalentes a 2,000 millones de toneladas de CO2). El precio de estos créditos varía de un acuerdo a otro (dado que siempre son acuerdos bilaterales), dependiendo de las características del proyecto de reducción de carbono, así como de lo conocido que sea el proyecto.
La mayoría de las empresas de offsets de carbono y las organizaciones sin fines de lucro reconocen cuatro categorías principales de proyectos que funcionan para generar offsets: proyectos de energía renovable (construcción de parques eólicos, por ejemplo), mejoras en eficiencia energética, destrucción de gases de efecto invernadero (como los halocarbonos) y secuestro de carbono en suelos o bosques (reforestación de árboles, por ejemplo). Para contextualizar, una tonelada de CO2 equivale al carbono capturado por un acre de bosque en un año.
¿Cuál es el inconveniente?
El problema principal de los offsets de carbono es que crea incentivos para que las empresas sigan contaminando el medio ambiente sin cuestionarse realmente si hay una forma mejor de seguir adelante, siempre y cuando lo compensen de alguna manera (y así puedan justificarse ante sus accionistas). Así, las empresas podrían seguir emitiendo grandes cantidades de GEIs a la atmósfera mientras puedan decir que esas emisiones están compensadas.
Además, existe el problema de que no todos los proyectos de compensación de carbono son lo suficientemente transparentes, o incluso existe la posibilidad de que algunos de estos proyectos no alcancen sus objetivos en el futuro (cuando se invierte en greenfields). También se han dado casos en los que algunos de los proyectos incluso han generado externalidades negativas en las comunidades vecinas (un ejemplo aquí), y por ello organizaciones como Gold Standard se han formado para dar un determinado nivel de certeza a las organizaciones de que los proyectos en los que invierten realmente aportan los beneficios que dicen que aportarán.
El mercado de los offsets de carbono no está regulado, por lo que todavía hay espacio para situaciones menos que ideales. Esto al final puede llevar a que las buenas intenciones no tengan el impacto deseado (y es por eso que puede ser buena idea limitarse a mercados reconocidos como el MDL de la ONU o MEXICO2 en México).
¿Qué está pasando en México?
El gobierno mexicano trabaja desde hace unos años en un programa piloto para un mercado de offsets de carbono llamado Sistema de Comercio de Emisiones (SCE). La idea es que en 2023 el programa piloto haya terminado y el mercado sea totalmente funcional. También existe una plataforma independiente de comercio de carbono llamada MÉXICO2 que cuenta con un sistema voluntario de comercio de emisiones.
Además, desde hace tiempo hay muchos proyectos que generan créditos de reducciones de emisiones basados en México (algunos de ellos siguen funcionando en la actualidad). Una simple búsqueda en la página del MDL arroja 204 proyectos registrados alojados en México (algunos de ellos probablemente ya hayan caducado).
En cuanto a las empresas, Aeroméxico tiene un acuerdo con MEXICO2 para la compra de créditos de carbono (de hecho, ofrece a sus pasajeros la posibilidad de pagar ellos mismos los créditos y hacer su viaje verde). Volaris hace algo similar con Carbon Neutral Planet. Cemex es otra empresa con una estrategia que incluye la compra de offsets. Es probable que a medida que más empresas en México se comprometan con objetivos GEI (pocas de ellas tienen objetivos hoy en día), veamos mucha más demanda por offsets en el país.
Espero que esto te haya parecido interesante. Como siempre, si hay algo en lo que pudiéramos ayudar, o si hay un tema de ESG del cual quisieras saber más, por favor háznoslo saber.
Saludos,
Marimar
CEO, Miranda ESG
Contactos en Miranda Partners
Damian Fraser
Miranda Partners
damian.fraser@miranda-partners.com
Marimar Torreblanca
Miranda ESG
marimar.torreblanca@miranda-partners.com