Por: Ernesto Gómez Gallardo A.
El acrónimo AB&C que podemos ver muchas veces -como tantos otros en el ámbito de los negocios- suena muy básico, e incluso puede tener distintas acepciones, pero en torno a Compliance, tiene un significado muy importante en el contexto que vivimos actualmente. Se refiere en inglés a “Anti-Bribery and Corruption” (Prevención de Sobornos y Corrupción, en español). Una política AB&C o por lo menos el mencionarlo en el Código de Conducta, es muy común en las empresas grandes, sobre todo trasnacionales, pero quisiera comentar porqué es muy importante que no sólo las organizaciones de esas características la consideren en su operación.
Suena a algo muy obvio; nadie quiere participar -abiertamente al menos- en actividades de soborno y corrupción… pero tiene un poco más de fondo y pretendo explicarlo.
A manera de contexto, hay que comentar que existe un gran número de regulaciones, que aumentan día a día en distintos países. México tiene legislación anticorrupción al igual que muchos otros. Incluso en las organizaciones de cooperación internacional entre Estados es un tema que se ha documentado (la OCDE, por ejemplo). Pero me parece de suma importancia comentar específicamente dos regulaciones que detonan prácticamente esta cultura AB&C, una de Estados Unidos y la otra del Reino Unido:
- FCPA (Foreign Corrupt Practices Act), se publica en 1977 en Estados Unidos para prohibir el soborno por las compañías de ese país, así como a sus subsidiarias (sin importar dónde estén ubicadas) o el propiciar directa o indirectamente el soborno a funcionarios públicos en el extranjero para beneficios para la compañía o el empleado.
- UK Bribery Act, se aprueba en 2010 a fin de mejorar la normatividad en temas de soborno internacional. Básicamente tiene los mismos propósitos de FCPA, pero los británicos van muy a fondo considerando incluso un incumplimiento a la regulación el no tener sistemas de detección eficaces para prevenir el soborno. Consideran el ser preventivos y no sólo reactivos.
Ambas regulaciones son importantes, aún para quienes no tengan presencia o empleados de Estados Unidos o el Reino Unido. Primero, porque han ido dictando el cómo los demás países reglamentan los temas anticorrupción; pero en segundo plano, porque por su componente internacional puede afectar la manera en que hacemos negocios con muchas otras organizaciones.
Estados Unidos y el Reino Unido son enormes potencias económicas y su huella en los negocios (especialmente en nuestro país) es muy difícil de evitar. Y para ponerlo de forma muy directa y resumida, si los estándares anticorrupción y soborno en tu organización no están al nivel, muchísimos potenciales socios comerciales no podrán hacer negocios o interrelacionarse con tu empresa.
Un ejemplo, es el de la cadena de tiendas de autoservicio Walmart. Después de muchas investigaciones y acusaciones por parte de las autoridades de Estados Unidos, la empresa fue acreedora a una multa de 282 millones de dólares por temas relacionados con AB&C. Si bien la multa se dio por violaciones en Brasil, China e India, también lo fue por violaciones en México. De acuerdo con notas periodísticas de investigación seria, se menciona que “en el caso de Walmart, los supuestos pagos ilícitos en los cuatro países se habrían realizado a través de terceros”. Es decir que ni Walmart ni sus subsidiarias en México fueron quienes directamente llevaron a cabo los actos de corrupción o soborno, lo hicieron terceros que pudieron ser proveedores… el constructor de una tienda, por ejemplo.
Como consecuencia de este caso y otros así, las empresas trasnacionales han establecido medidas muy estrictas para revisar a todas las empresas que quieran hacer negocios con ellas. Incluso yendo al extremo de auditar a estas compañías y esperando que tengan este tema en cuenta si pretenden tener cualquier tipo de relación con ellos. Así que como ejemplos: una SOFOM que quiera hacer un programa de factoraje o similar con empresas de este tamaño para sus proveedores, un productor local de bienes que se vendan en tiendas de este estilo, una empresa que pretenda un crédito con un banco trasnacional –cualquiera de estos- más vale piense en un programa de AB&C, o sus posibilidades de negocio estarán muy limitadas.